En un país dinámico como pocos, la fiscalidad andorrana ha debido ponerse a la altura de los demás países de la Comunidad Europea, implementando diversas medidas.
El IVA, denominado IGI en Andorra, es el más bajo de Europa. Su tipo general es del 4,5% pero se ve reducido a un escaso 1% para la sanidad, la educación, la cultura, los alimentos y los alquileres. España y Francia, los dos países que comparten fronteras con el Principado, tienen un IVA (TVA en el país galo) del 21% y 20% respectivamente.
El impuesto a las sociedades es también del 10% en Andorra, con bonificaciones de hasta el 80% cuando se trata de inversiones estratégicas. En España, este mismo impuesto, asciende hasta casi un 30%.